La Reforma protestante, también conocida como Revolución protestante, fue un movimiento religioso del siglo XVI. Esta reforma religiosa fue impulsada y liderada por los teólogos Martín Lutero y Juan Calvino. La Reforma protestante ocasionó una división en el catolicismo dando origen a las diferentes iglesias que se desvincularon del Vaticano.
Este movimiento nació a partir de cierto descontento que tenían los creyentes sobre cómo administraba la religión la Iglesia Católica. Así, la Reforma comenzó a revisar los preceptos católicos principales de las Sagradas Escrituras. A raíz de esta revisión decidieron transformar la práctica religiosa establecida desde varios aspectos.
Se podría decir que uno de los momentos fundantes de esta Reforma se dio con la publicación de las noventa y cinco tesis de Lutero en 1517. En este texto se criticaban las prácticas de la Iglesia para reunir fondos que le permitieran construir la Capilla Sixtina. Según Lutero, la solución se encontraba en reformar la iglesia y volver a la práctica original del cristianismo.
A las denuncias de Lutero se le adhirieron los príncipes de estados alemanes firmando la Protesta de Espira. Con este documento se negaban al sometimiento del poder del papa católico y a ellos se les unieron otros clérigos y gobernantes de toda Europa. Los adherentes al movimiento reformista comenzaron a organizar sus propias iglesias cristianas.
Sin embargo, hubo otros que siguieron apoyando al papado y conformaron el movimiento de Contrarreforma. Esta Contrarreforma estuvo encabezada por el Papa y la Iglesia y buscaron legitimar sus acciones tradicionales así como la organización eclesiástica. A su vez, comenzaron a perseguir a los reformistas por medio de la Santa Inquisición Católica.
Al final, la Contrarreforma y el papado salieron victoriosos, sin embargo, el movimiento de Lutero logró debilitar el poder de la Iglesia al norte de Europa. Algo característico de la Reforma protestante es que buscaba retomar el espíritu original de la fe cristiana. Según este movimiento, el cristianismo se alejó de sus orígenes con las prácticas del catolicismo.
Características de la Reforma Protestante
Además de lo que ya hemos mencionado, la reforma negaba la autoridad del Papa o la Iglesia a la hora de definir la fe cristiana. En este sentido, el movimiento de reforma considera que, para comprender la verdad de Dios solo basta con recurrir a las Sagradas Escrituras. Así se promovía la traducción de la biblia a distintos idiomas a una lectura interpretativa por parte de clérigos y creyentes.
Siguiendo con estas ideas, la reforma creía que el único camino de salvación para las almas era la fe. Esto era otra crítica con respecto a los perdones e indultos corruptos que otorgaba la Iglesia. Por eso, una gran parte de la Reforma consistió en denunciar la corrupción y lo que hacían los sacerdotes católicos.
En sus denuncias, los protestantes critican los privilegios civiles que se les otorgaban a los sacerdotes. Además aseguraban que estos no se encontraban más cerca de Dios que los demás creyentes. Otra práctica del protestantismo fue suprimir las jerarquías eclesiásticas ya que el único intermediario que hubo entre Dios y los creyentes fue Jesús.
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"Reforma Protestante: La Revolución que Desafió al Vaticano". En: De Significados. Disponible en: https://designificados.com/reforma-protestante/ Consultado: 12 de octubre de 2024.
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