El maniqueísmo es una doctrina religiosa que se originó en base a las ideas del líder religioso Manes. Esta doctrina se caracterizó por la creencia de la existencia basada en dos principios contrarios en constante lucha. Esos principios contrarios que engloban la existencia son, nada más ni nada menos que, el bien y el mal.
De esta manera, si nos basamos en las ideas del maniqueísmo, valoramos todo en la realidad como bueno o malo. Se podría decir que se trata de una ideología extremista ya que, siguiendo esta valoración, no existen puntos medios. Desde sus inicios, el maniqueísmo se fundó como una religión universal que podía seguir cualquiera en todo el mundo.
El fundador del maniqueísmo fue Manes, un sabio persa del siglo III, que afirmaba ser el último profeta de Dios. Desde sus inicios, esta doctrina religiosa se consideraba como la fe verdadera, la única religión. En cierta forma, el maniqueísmo buscaba desacreditar otras religiones universales como el budismo, el cristianismo o el islam.
Por aquel entonces, esta religión se había distribuido en el mundo entero conocido. El maniqueísmo se divulgó en el Imperio Romano, en el Sasánida, así como también en China y el Medio y Extremo Oriente. Quizás por ello existen libros sagrados del maniqueísmo en diferentes idiomas (chino, copto, griego, latín, persa, entre otros).
Debido a sus enseñanzas teológicas, el maniqueísmo generó amplios debates en la crítica. Algunos lo definían como una religión dualista y gnóstica, mientras que otros no consideraban que se la podía caracterizar de esa forma. Durante la Edad media se la calificó de religión hereje, por lo que se perseguía, humillaba y torturaba a sus practicantes.
Y hablando de sus practicantes, tal como hemos mencionado, esta religión era dualista y creía en la lucha eterna entre el bien y el mal. También creían que el alma era alguna especie de luz que se colocaba en el cuerpo. Además, los seguidores del maniqueísmo se dividían en dos grupos, los elegidos y los oyentes.
Aspectos y características del maniqueísmo
Retomando la división de los seguidores de esta doctrina, cabe mencionar en qué se basaba esa división. Los elegidos se caracterizaban por practicar el celibato, eran vegetarianos y dedicaban la mayoría del tiempo a orar. En cuanto a los oyentes, practicaban ayuno, podían contraer matrimonio y servían a los elegidos.
El maniqueísmo señalaba que la realidad se dividía en dos reinos basados en principios opuestos desde la eternidad. Uno de esos reinos era el de la luz, el cual representaba el bien físico y moral; el otro reino era el de las tinieblas que representaba al mal. El reino de la luz incluía al cielo y la tierra luminosa, los dominios de Dios; el otro todo lo que estaba debajo, los dominios de Satanás.
Y en el medio de ambos reinos se encuentran los hombres que debían luchar entre esas dos fuerzas. El maniqueísmo apuntaba que se debían seguir las enseñanzas de los enviados de Dios, los grandes profetas. Entre esos profetas se contaban: Noé, Abraham, Zoroastro, Buda, Jesús y el mismísimo fundador del maniqueísmo.
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"Maniqueísmo: La Doctrina del Bien y el Mal". En: De Significados. Disponible en: https://designificados.com/maniqueismo/ Consultado: 5 de diciembre de 2024.
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