El positivismo es una corriente filosófica que se propone alcanzar la verdad a través del conocimiento científico. Basada en la epistemología -la ciencia del conocimiento opuesta a la opinión-, esta doctrina surge a mediados del siglo XIX con los pensadores franceses Henry de Sanit-Simon y Auguste Comte, sin embargo, fue el escritor, filósofo y político británico Francis Bacon su mayor exponente.
El positivismo surge a partir de la Revolución Francesa, pues fue en aquel momento cuando comenzó a colocarse al individuo en sociedad como el objeto de estudio de la ciencia. Continuando con la línea de pensamiento de aquella época es que esta corriente toma los principios del naturalismo para aplicarlos al progreso y a las problemáticas sociales. Por esta razón es que se apoya en todos aquellos datos que hayan sido percibidos a través de la experiencia.
Esta doctrina posee una serie de características particulares. La primera y más importante de ellas es que se adscribe a la creencia de un monismo metodológico. Esto significa que el positivismo considera que a través de una única metodología es posible llegar a la verdad en todas las disciplinas científicas, pues una misma técnica puede aplicarse a todo saber. Del mismo modo, todos los estudios que pretendan ser considerados como científicos deben regirse por el método de las ciencias naturales; esto es, garantizando la aplicación de leyes generales.
Por otra parte, como el positivismo busca encontrar explicaciones a los fenómenos mediante la utilización de leyes universales, puede afirmarse con certeza que esta corriente utiliza a la razón como medio para alcanzar sus fines. Esta razón instrumental se hace presente a través del método inductivo, una forma de arribar al conocimiento desde la observación particular hasta la consideración de casos generales.
Una de las mayores críticas que ha recibido esta doctrina a lo largo del tiempo recae sobre su construcción teórica, ya que, al adherirse únicamente a lo conocido mediante la percepción, hace a un lado a todas aquellas consideraciones de carácter universal. Por este motivo, las producciones positivistas más famosas de algunos pensadores como Emile Durkheim o Marcel Mauss acabaron por ser consideradas como excesivamente documentales y muy poco interpretativas.
A partir de la metodología utilizada por las ciencias naturales, el pensador Auguste Comte creó -a mediados del siglo XIX- una ciencia positiva conocida actualmente como Sociología. La sociología tiene como objeto de estudio a la vida en sociedad y construye sus saberes mediante datos empíricos. A través de ella, Comte se propuso analizar y comprender cuáles son los motores del cambio social, explicación que logró alcanzar mediante su teoría de las fases humanas, la cual considera que la sociedad evoluciona en tres estadios: teológico, metafísico y científico.
Posteriormente, con la aparición de la historia como disciplina científica, surge un debate acerca del papel del cientista social durante la investigación. Si bien algunos historiadores como el famoso Leopold Von Ranke considerará que es preciso mantenerse imparcial frente a los hechos sociales, será la hermenéutica alemana la que terminará por torcer la disputa en favor del antipositivismo, ya que resulta imposible comprender al hombre tal como si se tratara de objetos físicos.
Sinóminos de positivismo
cientificismo, observación, naturalismo
Antónimos de positivismo
hermenéutica, interpretación, fenomenología
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"Positivismo: Origen, Métodos y Críticas del Conocimiento Científico". En: De Significados. Disponible en: https://designificados.com/positivismo/ Consultado: 29 de octubre de 2024.
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