La falacia se trata de una mentira o engaño que se oculta bajo otra cosa de tal forma que se nota su falsedad. Dentro de la lógica, la falacia representa un argumento que a simple vista parece válido, pero en realidad no lo es. La palabra falacia deriva del término fallacia del latín que significa engaño.
En el caso de la lógica, donde la falacia es un argumento que pretende ser verdadero, muchas se crean intencionalmente. Cuando esto sucede, por lo general se busca manipular o persuadir a los demás, aunque en algunos casos puede ser azaroso por ignorancia o descuido. Pero la mayoría de las falacias son persuasivas y sutiles por lo que es difícil detectarlas.
Cuando decimos que un argumento es una falacia eso no significa que sus premisas o conclusión son falsas ni verdaderas. Esto se debe a que cualquier argumento puede tener premisas y una conclusión verdaderas y de todas formas ser falaz. Lo que convierte a un argumento en falacia es algo que lo vuelve inválido en sí mismo.
Suele ocurrir que algunas personas consideran que un enunciado es falso debido a que el argumento contiene una conclusión falaz y esto produce una falacia. Dicha falacia se conoce como argumento ad logicam. Las falacias se vienen estudiando desde tiempos de Aristóteles quien las identificó y clasificó en su obra Refutaciones.
Según Aristóteles, existen tres clases de falacias, aunque con el tiempo se han ido agregando otros tipos y clasificaciones. Como tales, las falacias son objeto de estudio para la lógica, la política, la retórica, la ciencia, el periodismo, la religión, el derecho, el cine, la mercadotecnia, etc. En síntesis, las falacias son de interés de cualquier disciplina donde la persuasión y la argumentación sean relevantes.
A pesar de lo antes dicho, existen amplios debates sobre cuál sería la definición definitiva de falacia. De esta manera, la obra Falacias de Charles Hamblin publicada en 1970 lista la historia de este concepto desde Aristóteles hasta el siglo XX. En esta obra se concluye que, por lo general, la definición de falacia más popular es aquella que describe un argumento que parece válido aunque no lo sea.
Otras definiciones y nociones sobre falacia
Aparte de Charles Hamblin hubo otros autores que se cuestionaron la definición de este concepto y propusieron algunas alternativas. Algunos ejemplos son los casos de Hans Hansen y Ralph Johnson, aunque también hubo casos como el de Douglas Walton que apoyaban la propuesta y conclusión de Hamblin.
En cuanto a las definiciones alternativas, la mayoría resaltan las fallas lógicas que contienen las falacias. De esta manera, se define una falacia como un argumento inválido deductivamente o que tiene poco apoyo inductivo. Aunque esta definición no contempla los casos en que las fallas de estas falacias se encuentran en otra parte.
Otros autores como Grootendorst o Van Eemeren sugieren definiciones pragma-dialécticas. En este tipo de definición la falacia es comprendida como una violación a las reglas de la discusión. Aunque en estos casos no se sabe a ciencia cierta cómo caracterizar lo mejor posible las reglas de una discusión.
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"Falacias: Un Análisis Completo sobre el Engaño y la Lógica". En: De Significados. Disponible en: https://designificados.com/falacia/ Consultado: 6 de octubre de 2024.
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