Filosofía / 3 min. de lectura

Calendario Inca: Guía para la Vida, la Agricultura y el Destino

El calendario inca era un reloj celestial que organizaba la vida de esta civilización. Descubrí cómo funcionaba y su importancia en la agricultura y las ceremonias.

Lo más destacado de este artículo

  • El calendario inca guiaba las actividades agrícolas y religiosas.
  • Cuzco funcionaba como un reloj de sol con pilares que marcaban el tiempo.
  • El año inca tenía 12 meses de 30 días, dividido en dos semestres.
  • El calendario se basaba en la observación del sol, la luna y las estrellas.

El calendario inca era como un enorme reloj celestial que señalaba las fechas indicadas para celebrar, cultivar y cosechar. Se podría decir que el destino y la vida de esta antigua civilización se encontraba escrita en las estrellas. Aunque toda la cultura inca estaba fuertemente basada en lineamientos estelares, lunares y solares.

En este sentido, todas sus construcciones seguían estos lineamientos y la propia ciudad de Cuzco funcionaba como un enorme reloj de sol. A este respecto, alrededor de la ciudad se levantaban doce pilares de 5 metros de altura. Estos pilares estaban ubicados para que cada mes señalaran cuándo salía y se ponía el sol.

Dichos pilares se llamaban sukangas y además de oficiar como reloj de sol cumplían otras funciones. Así, estos pilares también servían para anunciar las distintas festividades y las temporadas de siembra y cosecha. Para ello se valían de observar al sol y la luna, por lo que este calendario iniciaba su año con la luna nueva de enero.

El calendario inca organizaba las actividades agrarias y religiosas de esta civilización.

Sin embargo, Pachacútec Inca Yupanqui dispuso tiempo después que el año iniciaba con el solsticio de verano en diciembre. Así, el calendario estaba compuesto por doce meses de 30 días y cada mes tenía tres semanas de 10 días. Entonces, el año de acuerdo al calendario inca, al que también denominaban huata, contaba de 360 días.

El calendario inca servía entonces para marcar las actividades agrícolas y religiosas que se llevaban a cabo a lo largo del año. Así el primer semestre del año comenzaba en diciembre o Capac Raymi donde se realizaban cantos religiosos, danzas y ofrendas al sol. A enero lo denominaban Uchuy Pokoy y era el momento en el que el maíz crecía.

En febrero, o Paucar Varay, era cuando la maduración de la siembra tenía lugar, mientras que en marzo (Pachapukuy) se preparaban para la cosecha sacrificando llamas negras. Abril (Inca Raymi) era temporada de cosecha y también la época de grandes celebraciones. Mientras que en mayo (Aymoray) se procedía a secar el maíz para luego almacenarlo.

Otras características del calendario inca

El segundo semestre del calendario inca comienza con junio (Inti Raymi), mes en el que se dedicaban a recolectar papa. Llegando a julio (Chacraconacuy) se centraban en preparar las tierras para sembrar durante agosto (Chacrayapuy Quilla). En agosto también se realizaban festividades con bebidas y comidas para acompañar la temporada de siembra.

Llegando a septiembre (Coya Raymi), los incas realizaban ceremonias para propiciar las cosechas. En cuanto a octubre (Uma Raymi Quilla), debían ahuyentar a los pájaros para que no estropearan y se comieran los cultivos. Por último, noviembre (Aya Marcay Quilla) era la temporada donde se rendía culto a los antepasados y se hacía el regadío.

Podemos ver que el calendario Inca sirvió para organizar la actividad del imperio pautando los momentos destinados a cada actividad. Toda esta organización volcada en el calendario era fruto de la experiencia que los incas adquirieron a lo largo de los años. Por ello su régimen agrario estaba influido en la observación constante del movimiento del sol, la luna y las estrellas.

Formato para citar

"Calendario Inca: Guía para la Vida, la Agricultura y el Destino". En: De Significados. Disponible en: https://designificados.com/calendario-inca/ Consultado: 20 de noviembre de 2024.