El entusiasmo es la exaltación del estado de ánimo que se produce por alguna persona o acción que nos cautiva y nos genera admiración. El término tiene su raíz en el idioma latín tardío, la palabra enthusiasmus se remonta a su vez al griego y su significado era: tener un dios dentro de uno. La persona entusiasmada, entonces, era aquella que estaba guiada por la sabiduría y la fuerza de un dios, capaz de conseguir que ocurrieran todo tipo de cosas.
En la actualidad el término entusiasmo se utiliza para definir aquello que nos mueve a realizar una acción, favorecer una causa o simplemente llevar adelante un proyecto. El entusiasmo es el motor del comportamiento. Aquel que está entusiasmado por algo, se esfuerza en su trabajo y tiene una actitud positiva porque desea cumplir su objetivo y hace todo lo posible para lograrlo.
Un ejemplo claro del entusiasmo puede ser un obrero que trabaja con alegría sabiendo que puede conseguir un aumento si tiene un buen desempeño. Si con el paso del tiempo descubre que sus esfuerzos serán en vano y no será ascendido, es muy probable que pierda el entusiasmo y empiece a buscar otro trabajo o simplemente haga su tarea de mala gana.
También se asocian los términos de felicidad y bienestar con el entusiasmo. A veces el entusiasmo surge de manera natural y espontánea, sin que se puedan rastrear motivos específicos. En épocas alegres y positivas de la vida, las personas suelen afrontar el día a día con un entusiasmo espontáneo. En cambio, en momentos de tensión la fuerza y el deseo de luchar puede desaparecer y en ese momento carecemos de entusiasmo.
La manifestación del entusiasmo en cada individuo es personal. En este sentido se puede vincular el entusiasmo con la vocación. Por su naturaleza intangible, entender el entusiasmo es difícil. La personalidad de los humanos se configura de maneras innumerables, y el rasgo del entusiasmo es uno de esos tantos que puede percibirse. El entusiasmo puede despertarse por motivos muy diferentes, a diferencia de la vocación de realizar una actividad concreta, el entusiasmo puede manifestarse en cualquier individuo. Quizás un día sientas entusiasmo ante la idea de viajar o de escribir, o de leer, o de actuar.
En el mundo moderno, que desde la cuna nos sumerge en una vida consumista, la espiral de inconformismo y decepción ante la vida hace muy difícil que consigamos todos nuestros objetivos. Sin embargo, eso no quita que de vez en cuando surja el entusiasmo por alguna actividad. El entusiasmo es la alegría y el deseo de esforzarse para conseguir un objetivo. Nadie puede sentir entusiasmo si no piensa que al esforzarse conseguirá algo. No necesariamente material, sino que puede tratarse de una satisfacción personal.
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En la mayoría de los casos, las dificultades con las que nos encontramos hacen que perdamos el entusiasmo. Sin embargo, perseverar es triunfar y quienes mantienen el entusiasmo son más felices y disfrutan más cuando sus objetivos son alcanzados.
Sinónimos de entusiasmo
emoción, fogosidad, enardecimiento, fervor, frenesí, ánimo, empeño, apasionamiento, vehemencia
Antónimos de entusiasmo
desinterés, apatía, frialdad
Formato para citar
"El Entusiasmo: Qué Es, Cómo Te Ayuda y Por Qué Es Importante para Tu Felicidad". En: De Significados. Disponible en: https://designificados.com/entusiasmo/ Consultado: 3 de octubre de 2024.
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