Se le llama necio a la persona que no acepta sus errores o insiste en mantener ideas o posturas equivocadas. La persona que actúa de esta manera demuestra ser sumamente y poco inteligente, por esta razón se lo denomina necio. La palabra necio deriva del término nescius del latín, es el antónimo de scire (saber) y significa ignorante.
También se le suele decir necio a aquellas características o actitudes propias de alguien necio. Dado su significado, el adjetivo necio tiene algunas connotaciones negativas que pueden tomarse a modo de insulto. Cuando se utiliza este adjetivo para describir a una persona se lo usa como un sinónimo de ignorante.
Decimos que alguien es necio cuando no sabe lo que tiene que hacer o adopta una postura terca y caprichosa. Por ejemplo: “Mi hermano es tan necio que nunca quiere aceptar que ha cometido un error”. Este adjetivo se relaciona además con otros como obtuso, porfiado, torpe o terco, es decir que describe a alguien que hace oídos sordos a lo que dicen los demás.
Una persona necia acostumbra a hacer lo que quiere sin considerar los consejos de los demás y sin importarle los efectos negativos de sus actos. Esto quiere decir que las personas así son duras de convencer, nunca reconocen sus errores o fallas. En este sentido, los necios son bastante orgullosos de una forma negativa y egoísta.
Las actitudes de las personas necias los vuelve imprudentes cuando no quieren escuchar las opiniones o consejos ajenos. Ellos están convencidos de que sus acciones son correctas aunque las consecuencias sean desfavorables. En ocasiones adoptan una actitud sumamente porfiada cuando los demás le señalan que se han equivocado en algo.
Por estas razones, se suele denominar necias a aquellas acciones que se realizan con imprudencia, presunción e incluso ignorancia. La palabra necio, entonces, puede ser utilizada tanto como sustantivo o como adjetivo. Las personas necias son aquellas que no entran en razón, carecen de inteligencia o tienden a ser obstinados en su accionar.
Otros significados de necio
En la Biblia definen la palabra necio refiriéndose a una persona con poca cultura para comprender la moral, la bondad y el amor de Dios. En base a esto, los usos bíblicos de este término hacen referencia a personas que tienen malas conductas. A grandes rasgos se le llama necio a aquellas personas que no siguen el camino de Dios.
Algunos ejemplos bíblicos de necio se encuentran en los siguientes pasajes:
- El Salmo 14 versículo uno dice: “Solo los necios dicen en su corazón: ‘No hay Dios’. Ellos son corruptos y sus acciones son malas; ¡no hay ni uno solo que haga lo bueno!”
- En Proverbios 1 versículo 7 dice: “El temor del Señor es la base del verdadero conocimiento, pero los necios desprecian la sabiduría y la disciplina”.
- Romanos 1 versículos 21-22: “Es cierto, ellos conocieron a Dios pero no quisieron adorarlo como Dios ni darle gracias. En cambio, comenzaron a inventar ideas necias sobre Dios. Como resultado, la mente les quedó en oscuridad y confusión. Afirmaban ser sabios pero se convirtieron en completos necios”.
Sinónimos de necio
imbécil, inepto, ignorante, terco
Antónimos de necio
sabio, listo
Formato para citar
"Necio". En: De Significados. Disponible en: https://designificados.com/necio/ Consultado: 18 de abril de 2024.
3 comentarios
muy buena explicacion
Jesus nos dice que no llamemos necio a nuestro senejante,por que?
Hay una importante diferencia entre la definición bíblica de necio y la palabra que Jesús usó (raca) en Mateo 5:22 cuando prohibió llamar “necio” a un hermano cristiano. El término raca, expresado desde un corazón de desprecio, suponía una total inutilidad. Jesús no estaba diciendo que no podemos decir que las decisiones de otro sean necias. Sin embargo, llamar a alguien “raca” era decir que esa persona estaba fuera del alcance de Dios y, por lo tanto, condenada para siempre. Decir “¡necio!” a un hermano o hermana en aquella época era lo mismo que decir “¡maldito seas!” a alguien hoy en día. No tenemos el poder ni el derecho de condenar a nadie al infierno. Esa posición de juicio sólo le pertenece a Dios. Un cristiano nacido de nuevo no puede ser “condenado” porque ha sido comprado por la sangre de Cristo (Colosenses 1:14). No obstante, podemos y tenemos que hacer todo lo posible para que los corazones de los que muestran necedad se vuelvan a la sabiduría y, quizá, salvar sus vidas y sus almas en la eternidad (Santiago 5:20).