El cuadro “El beso” de Gustav Klimt fue la obra maestra de este artista austríaco. Además, El beso fue la conclusión de las investigaciones del artista acerca del deseo humano a finales de la fase dorada. Con esta obra, Klimt quiso representar la reconciliación y la unión de los sexos.
Gustav Klimt fue un pintor simbolista austríaco, nació en julio de 1862 en el distrito de Baumgarten en Viena. Es considerado el pintor austríaco más célebre y uno de los más prestigiosos representantes del movimiento modernista. Además se lo consideraba un artista complejo, hermético y refinado con un estilo único entre el Simbolismo y el Art Nouveau.
Las obras de Klimt se caracterizan por un estilo pictórico ecléctico cargado de abstracción y sensualidad. También incluyó técnicas plásticas innovadoras como lo fueron sus curiosos puntos de vista, cortes poco habituales y un valor expresivo semejante al expresionismo posterior. Klimt era considerado el mejor artista de su época en Viena y además fundó la secesión vienesa.
Esta secesión vienesa se caracterizaba por desafiar la pintura académica como así lo demostró en sus obras. A Klimt le gustaba pintar principalmente el cuerpo femenino así como a mujeres fatales y pelirrojas. Las mujeres en sus obras eran retratadas desde diferentes ángulos y en diversas situaciones.
En sus obras volcaba su apetito sexual y visual volviéndolas bastante sensuales, cosa que desagradaba a los críticos. Un rasgo particular de sus obras es que solía incluir elementos oriundos de Egipto y del este de Asia. Por ello, todos sus cuadros cuentan con adornos y ornamentos simbólicos que otorgan un brillo similar al de joyas.
El artista buscaba sugerir los placeres físicos de la vida en sus obras, para ello recurría a la belleza y el lujo. En cierta forma, podría decirse que sus obras estaban liberadas de las inhibiciones de esa época.
Características y curiosidades
Volviendo al cuadro El beso, cabe mencionar que esta obra era una celebración de la belleza y el erotismo. En ella se pueden observar dos amantes fusionados en un frenesí de formas y joyas coloridas de estilo contemporáneo. La pareja protagonista se encuentra fundida en un abrazo que encarna, en cierta forma, una felicidad erótica imperturbable.
Hay quienes dicen que El beso era una alegoría sobre lo breve que es la juventud y lo efímero de esta época para el amor. En cuanto a las técnicas, este cuadro es un óleo sobre lienzo y cuenta con una perspectiva bidimensional ornamental. El artista quitó toda profundidad espacial y da la sensación de que se trata de una escena observada en un caleidoscopio.
En la obra se puede observar una alfombra de flores con fondo dorado semejante a la decoración de mosaicos bizantinos e italianos. Por otra parte, el hombre en la obra tiene una vestimenta decorada con formas geométricas en blanco y negro. También se pueden apreciar patrones curvos que pertenecen a la vestimenta de ella y se mezclan en la unión de ambos.
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"Cuadro El Beso de Gustav Klimt". En: De Significados. Disponible en: https://designificados.com/cuadro-el-beso-de-gustav-klimt/ Consultado: 21 de noviembre de 2024.
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