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Disgrafía: Dificultad para Escribir, Causas, Síntomas y Tratamiento

¿Te cuesta escribir? Descubre qué es la disgrafía, sus causas, síntomas y cómo tratarla.

Lo más destacado de este artículo

  • La disgrafía es una dificultad para escribir correctamente los sonidos que se escuchan, relacionada con problemas neurológicos o de aprendizaje.
  • Las causas de la disgrafía no son claras, pero se relacionan con problemas óptico espaciales, procesamiento del lenguaje, y factores neurológicos, pedagógicos o psicomotrices.
  • Los síntomas de la disgrafía incluyen escritura irregular, letra ilegible, errores ortográficos, dificultades para agarrar el lápiz, y postura incorrecta al escribir.
  • El tratamiento para la disgrafía involucra terapia ocupacional, ejercicios cognitivos, coordinación motora, y estrategias lúdicas para mejorar la percepción y la escritura.

La disgrafía hace referencia a la incapacidad para escribir correctamente los sonidos que se perciben. Esta incapacidad se trata de un trastorno neurológico que afecta la forma en que se expresa alguien de manera escrita. Por lo general, la disgrafía se debe a problemas para coordinar los músculos del brazo y la mano.

¿Qué es la disgrafía?

Se le llama disgrafía a la dificultad que presenta una persona para escribir, principalmente a la hora de elaborar un texto escrito. Esta incapacidad aparece por lo general cuando los niños empiezan a escribir en la escuela. En la mayoría de los casos puede deberse a un problema de lenguaje, de perceptomotricidad o un trastorno neurológico.

Cualquiera sea la razón, la disgrafía se manifiesta impidiendo al niño el manejo correcto del instrumento de escritura. Esto provoca que la escritura del niño sea irregular y le cueste copiar textos, anotar dictados o escribir en general. También puede afectar la habilidad del niño para escribir con una ortografía correcta.

La disgrafía es la dificultad para escribir correctamente.

Junto con lo ya mencionado, la disgrafía también puede afectar el dominio de los movimientos motores que se usan en la escritura. En este sentido, la disgrafía se relaciona con otros trastornos del aprendizaje o del lenguaje tales como: la dislexia, discalculia o la disortografía. Las personas que presentan disgrafía no necesariamente cuentan con una deficiencia intelectual ni neurológica.

Causas de la disgrafía

Como sucede con varios trastornos, no hay un diagnóstico definitivo acerca de las causas que provocan la disgrafía. Sin embargo, existen dos factores principales que se asocian a la presencia de esta dificultad para escribir. Puede deberse a dificultades óptico espaciales o bien a una dificultad para procesar el lenguaje.

Las dificultades óptico-espaciales, tal como su nombre lo indica, tiene que ver con problemas para procesar lo que vemos. En cuanto al proceso del lenguaje, este se presenta principalmente en una dificultad para entender lo que escuchamos. Esto provoca que el niño con disgrafía presente una escritura desordenada o le cueste escribir directamente.

Otros factores asociados con la disgrafía pueden ser: neurológicos, pedagógicos, psicomotrices, o bien visomotrices y visoperceptivos. En el caso de un problema neurológico puede relacionarse con un déficit neuronal. Esto implica que el niño tiene dificultades para ordenar la información y por eso le cuesta escribirla correctamente.

Si hablamos de un problema pedagógico está relacionado con una enseñanza muy estructurada. Con esto nos referimos a que el método de enseñanza de los maestros no contempla ni se adapta a las diferencias individuales. De esta manera, aquellos niños con cualquier tipo de dificultad quedan desatendidos o les cuesta seguir el ritmo de los demás.

Las causas de la disgrafía pueden ser neuronales, pedagógicas o psicomotrices.

Los problemas psicomotrices están relacionados con los diferentes tiempos que presentan los niños para desarrollar habilidades. En el caso de la disgrafía sucede que el niño tiene dificultades para coordinar los movimientos del brazo y la mano. Dentro de las dificultades psicomotrices se diferencian las visomotrices y las visoperceptivas.

  • Las visomotrices afectan la habilidad para coordinar los movimientos del cuerpo y los ojos.
  • Mientras que las visoperceptivas implican una dificultad para reconocer lo que ven.

Síntomas y tipos de disgrafía

Como enfermedad, la disgrafía no es tan conocida, sin embargo, sus síntomas son un poco más comunes. En este sentido, el principal síntoma asociado con esta dificultad tiene que ver con problemas de escritura. Si un niño presenta esta dificultad aunque practique continuamente lo mejor es consultar a un especialista.

Por lo general, los niños que padecen desgracia suelen escribir al revés, dejar mucho espacio entre las letras o palabras, una letra ilegible. La escritura tiende a ser lenta, torpe, con trazados muy suaves o huesos y presentan errores ortográficos. No suelen respetar correctamente el uso de mayúsculas y minúsculas, agarran mal el lápiz o adquieren una postura incorrecta para escribir.

Además, cabe mencionar que los primeros síntomas de disgrafía se presentan alrededor de los seis años de edad. A esta edad los niños empiezan la enseñanza primaria, a leer y escribir, y ahí podemos notar esta dificultad. Por otra parte, la disgrafía puede clasificarse en dos tipos: disgrafía motriz y disgrafía específica.

Tipos de disgrafía

La disgrafía motriz está relacionada con trastornos psicomotores y se manifiesta en una postura incorrecta para escribir. Este tipo de disgrafía se debe a una motricidad deficiente y puede manifestarse con: lentitud o excesiva velocidad para escribir, manejo incorrecto del lápiz, mala postura para escribir, signos indiferenciados y movimientos disociados.

La disgrafía puede clasificarse en dos tipos, motriz o específica.

En el caso de la disgrafía específica se debe a una dificultad para percibir las letras o palabras. Este tipo se relaciona con una desviación en la percepción de las formas, una desorientación espacial y temporal o un trastorno del ritmo. La escritura en estos casos suele ser deforme, muy junta o separada o con tamaños desproporcionados. También son propensos a cometer errores gramaticales, de puntuación o no respetar el orden de una frase o párrafo.

Además de los tipos ya mencionados existen otros tipos de disgrafía conocidos como:

  • Disgrafía adquirida, este tipo de dificultad está ocasionado por lesiones cerebrales y se presenta en personas que sabían escribir. A su vez, la disgrafía adquirida puede clasificarse en central o periférica. La disgrafía central afecta los aspectos lingüísticos asociados a la escritura. Mientras que la disgrafía periférica no le permite recordar los movimientos asociados con la escritura.
  • Y por último tenemos la disgrafía evolutiva que surge cuando alguien está aprendiendo a leer o escribir. La disgrafía evolutiva puede clasificarse en fonológica, superficial o mixta.

Diagnóstico de la disgrafía

Considerando que la disgrafía aparece cuando las personas están aprendiendo a escribir, puede detectarse a temprana edad. No siempre los niños con problemas para escribir presentan disgrafía ya que puede haber otra razón. Pero la mejor forma de detectar esta dificultad es por medio del dictado de letras, sílabas o palabras.

Incluso se le puede pedir que escriba algo que le guste, que copie algunas letras en cursiva o imprenta. Los primeros que pueden notar algún problema en la escritura de los niños serán los padres o los docentes. Sin embargo, para diagnosticar que se trata de disgrafía lo mejor es consultar con un especialista.

Las pruebas médicas que suelen realizarse para determinar si un niño presenta desgracia suelen ser: una evaluación previa de los procesos relacionados con la lectoescritura, tanto conductuales como cognitivos. También se suelen realizar pruebas de escritura para analizar cómo escriben según la edad de desarrollo en la que se encuentran.

Los encargados de evaluar y diagnosticar si un niño presenta disgrafía suelen ser psicólogos, psicopedagogos y logopedas. Estos especialistas son los más indicados para diagnosticar esta dificultad y proponer un tratamiento. Cualquiera de ellos puede consultarse en un centro educativo o especializado.

Para detectar la disgrafía lo mejor es consultar un especialista.

Tratamiento para la disgrafía

Una vez que los especialistas diagnostican la disgrafía se debe contemplar que no exista otra dificultad o trastorno. Si bien no siempre es el caso, muchos casos de disgrafía están relacionados con la dislexia, el estrés e incluso el TDAH. Hay que tener esto en cuenta ya que los tratamientos para esas otras patologías ayudan a mejorar la disgrafía.

En todo caso, la disgrafía se aborda con ejercicios cognitivos que ayudan a los niños a escribir y leer. También se les hace hacer ejercicios de coordinación motora y fuerza de la mano para corregir los problemas motrices. La terapia ocupacional apunta a que los niños aprendan la postura corporal y la posición correcta del brazo para escribir.

En definitiva, el tratamiento para la disgrafía apunta a una reeducación del niño para que pueda escribir correctamente. Para ello resulta de importancia que se lleve un registro de los errores que suele cometer con frecuencia. Además, cabe mencionar que la mejor forma de abordar el tratamiento para la disgrafía consiste en una estrategia lúdica.

Junto con lo que ya mencionamos, el tratamiento también aborda la percepción del niño. Esto sirve para trabajar su atención, que aprenda a distinguir las formas, se oriente en el espacio y pueda reproducir lo que ve. Para mejorar la coordinación visomotriz se practican actividades de modelado, recortar figuras, perforar con un punzón, entre otras.

Durante el tratamiento se busca corregir los movimientos asociados con la escritura practicando líneas y formas así como la fluidez y la presión que aplican al escribir. Por último se enfocan en la forma en que escriben las letras e incluso se practica la caligrafía.

El tratamiento para la disgrafía consiste en reeducar al niño para que pueda escribir correctamente.

Diferencia entre disgrafía y dislexia

Puede llegar a ocurrir que se confundan la disgrafía con la dislexia ya que ambas son dificultades en el aprendizaje. Pero a pesar de ello, ambas dificultades presentan claras diferencias partiendo por lo que afectan cada una. Así, la disgrafía es la dificultad para escribir mientras que la dislexia es la dificultad para leer.

Si bien la dislexia afecta principalmente la capacidad para leer también puede afectar el habla y el deletreo. Incluso puede ocasionar problemas para identificar ciertos sonidos, asociarlos con letras o armar palabras. Las personas con dislexia tienen problemas para entender lo que leen ya que confunden el orden de las letras y palabras.

Mientras que, como ya hemos visto, la disgrafía es la dificultad para escribir correctamente. Las personas con disgrafía tienen una escritura ilegible o difícil de entender y les cuesta coordinar los movimientos asociados a la escritura. Por ello suelen escribir muy lento o rápido, mezclan mayúsculas y minúsculas, tienen mala ortografía y no respetan bien los espacios.

Preguntas frecuentes

¿Qué es la disgrafía?

La disgrafía es la incapacidad para escribir los sonidos percibidos correctamente. Suele asociarse con trastornos neurológicos, pero es más bien con un trastorno del aprendizaje o del lenguaje. Además de escribir irregularmente, las personas con disgrafía tienen complicaciones para agarrar bien el lápiz o incluso adoptar la postura correcta para escribir.

¿Cuáles son las causas de la disgrafía?

No se conoce con certeza cuál es la causante de esta dificultad, pero existen una serie de factores asociados. Puede deberse a un problema neurológico debido a un déficit neuronal, puede ser un problema pedagógico o bien psicomotriz. En este último caso puede ser de carácter viso motriz o viso perceptivo.

¿Cuáles son los síntomas de la disgrafía?

El principal síntoma de este trastorno es que la persona tiene problemas para escribir. Esto se manifiesta en una escritura regular o una incapacidad para escribir correctamente. Los primeros síntomas de disgrafía se manifiestan cuando los niños comienzan la enseñanza primaria y aprenden a leer y escribir.

¿Qué tipos de disgrafía hay?

Existen dos clases principales de disgrafía, la disgrafía motriz y la disgrafía específica. La primera se relaciona con trastornos psicomotrices y se manifiesta con una postura incorrecta al escribir. Mientras que la disgrafía específica se relaciona más bien con una complicación para percibir letras o palabras. También podemos mencionar la disgrafía adquirida y la evolutiva, la primera surge por lesiones cerebrales y la segunda aparece a medida que alguien aprende a leer o escribir.

¿Cómo se trata la disgrafía?

En primer lugar se debe descartar que esta dificultad no se relacione con ningún otro trastorno como la dislexia o el TDAH. Y la mejor forma de abordar la disgrafía es con la terapia ocupacional y adoptando una estrategia lúdica. Así se reeduca al niño para que pueda aprender todo lo vinculado con la escritura desde la percepción hasta los movimientos necesarios.

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"Disgrafía: Dificultad para Escribir, Causas, Síntomas y Tratamiento". En: De Significados. Disponible en: https://designificados.com/disgrafia/ Consultado: 17 de octubre de 2024.