Sentido Común: Definición, Importancia y Cómo Nos Engaña

El sentido común es la habilidad básica para percibir, entender y juzgar cosas, el cual es compartido por el «común» de la gente y puede ser esperado y aceptado por la mayoría sin necesidad de debate. El sentido común es, de alguna forma, una inteligencia que desarrolló el ser humano, por sobre el resto de los animales, para desempeñarse sensatamente en las situaciones cotidianas de la vida. De esta definición se desprende que para el desarrollo del sentido común, un factor importante es la experiencia que desarrolla la persona durante su vida.

Aristóteles fue la primer persona en discutir acerca del sentido común. Él describió al sentido común como la habilidad que permite a los seres humanos y a los demás animales procesar las percepciones sensoriales, los recuerdos y la imaginación para llegar a cualquier tipo básico de juicio.

Se entiende que el sentido común es algo compartido por todos o varios componentes de una sociedad (de ahí la palabra «común») y que no está atado a la subjetividad de un individuo. Cuando una persona no se basa en los comportamiento «aceptados» o en las formas de actuar esperadas por la sociedad se dice que la misma carece de sentido común. De todas formas, no debe entenderse como que hacer lo que indica el sentido común es siempre hacer lo correcto, es decir, el sentido común implica hacer lo que haría la mayoría ante cada situación o momento, y no está ligado estrictamente a una cuestión ética o moral correcta.

Actuar con sentido común no significa estar sujeto a un conjunto de reglas, hacer lo que todos dicen y evitar el «que dirán». El sentido común es simplemente un marco de referencia para la convivencia y el respeto mutuo de individuos de una sociedad. Más allá de esto, todas las personas tienen propia su autonomía y sus decisiones están basadas en gran parte por sus convicciones o deseos personales.

El sentido común es a menudo confundido con el pensamiento racional o el conocimiento científico al punto tal que la gente suele creer que el sentido común es la verdad absoluta y actúan con incredulidad ante los ideales racionales o científicos que contradicen al sentido común. Esto se debe a que, para el cerebro del ser humano, es más fácil trabajar con las ideas y reglas del sentido común en vez de hacer frente a la física o estadística. Un ejemplo claro de esto es: estadísticamente es más probable morir por el impacto de un asteroide que por la caída de un rayo o relámpago. Mientras que, el sentido común, indica que es más «probable» morir por un evento común y posible (como la caída de un rayo) que por un evento raro y poco posible para muchas personas (como la caída de un meteorito).