La paranoia, también llamada trastorno delirante, es un trastorno psicótico que se caracteriza por la presencia de ideas delirantes. Las personas que padecen psicosis paranoica no llega a ser esquizofrenia ni sufrir alucinaciones notorias. Esto no significa que no se le presenten ciertas alucinaciones sensoriales que se relacionan con el delirio.
Alguien que padece paranoia no se encuentra incapacitado, por el contrario, son personas funcionales. En la mayoría de los casos no presentan ningún comportamiento extraño salvo los que son causados por sus ideas delirantes. Los síntomas y trastornos de estas personas pueden ir en aumento causando que se sientan abrumados por sus creencias anormales.
La palabra paranoia era el término que utilizaba la psiquiatría para referirse a este trastorno, ahora se le llama trastorno delirante. Es importante señalar esa diferencia ya que en materia de psiquiatría el término paranoia se emplea con un significado diferente. Por ello, lo que antes se llamaba paranoia no coincide con el mismo diagnóstico de trastorno delirante.
También es notorio cómo ha ido cambiando el significado de esta palabra a lo largo del tiempo. Esto se traduce, especialmente, en los diferentes estados que los psiquiatras pueden asociar con este concepto. Sin embargo, el diagnóstico más acertado para referirse a la paranoia en la actualidad es el antes mencionado, el de trastorno delirante.
El diagnóstico sobre el trastorno delirante o paranoia puede clasificarse de distintas maneras según cada caso. Así tenemos el tipo erotomaníaco que se refiere al delirio que tiene el paciente sobre que otra persona está enamorado de él. También existe el tipo de megalomanía donde el individuo delira con tener dotes extraordinarias o se cree superior a los demás.
Luego se encuentra el tipo celotípico donde el delirio consiste en pensar que la pareja le es infiel. El tipo persecutorio es el delirio que tiene alguien que se siente perseguido, espiado, acosado por los demás. En cuanto al delirio de tipo somático es el que tienen los que padecen alguna enfermedad o defecto físico. En caso de no coincidir con alguno de estos tipos o padecer más de uno se da un diagnóstico no especificado o mixto.
Causas y características de la paranoia
Los especialistas consideran que las causas que producen esta enfermedad se deben a personas que padecen narcisismo o frustración, que tienen baja autoestima. Suena un poco contradictorio, pero dependiendo el tipo de paranoia la causa puede ser una u otra. Cualquiera sea el caso se genera un efecto de proyección donde le atribuyen a otros cuestiones que no pueden explicar, aceptar o soportar.
Los síntomas que suelen describir este trastorno incluyen sensaciones angustiantes como es el de sentirse perseguido por fuerzas que no podemos controlar. También puede ocurrir que se dan aires de suficiencia e importancia un poco exagerados, lo que se conoce como delirio de grandeza. Estos últimos son comunes en personas que ocupan cargos de poder o incluso figuras autoritarias.
De igual manera, los celos e inseguridades tienen un dejo de paranoia que puede presentarse de forma crónica y ocasional. Algunas personas paranoides evitan hacer ciertas cosas aunque lo deseen por miedo a sufrir alguna conmoción. El síntoma más común en la paranoia es que el paciente presente una idea o creencia persistente o enfatizando hasta extremos inexplicables.
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"Paranoia: Trastorno Delirante, Síntomas, Causas y Diagnóstico". En: De Significados. Disponible en: https://designificados.com/paranoia/ Consultado: 24 de noviembre de 2024.
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