Cuando hablamos de patrimonio estamos hablando de algo que viene de los padres, como lo señala su etimología, algo que viene de los antepasados.
En el latín, el patrimonium eran aquellos bienes que los hijos heredaban por vía paterna, como un distintivo social de clase. Un legado transmitido de generación en generación, al que había que conservar y cuidar.
Pero también estaban incluidos los aspectos inmateriales, como los valores y costumbres culturales, la ética familiar, el honor, valores que eran transmitidos a los grupos sociales y a la sociedad toda.
Luego de la Revolución Francesa, el patrimonio dejó de circunscribirse al ámbito privado.
Comenzó a aplicarse la palabra en relación a bienes que habían perdido su utilidad económica o su función original, e incluso a bienes que no lo eran por su naturaleza.
El patrimonio ya no tuvo como herederos y titulares a individuos o familias, sino a pueblos y naciones, es decir, comunidades políticas asentadas en un territorio.
La naturaleza del patrimonio cultural está dada por el conjunto heterogéneo de «tesoros» de valor artístico y simbólico, valorados por su antigüedad y por su relación con el poder religioso o político, con capacidad simbólica para representar a una cultura.
Monumentos históricos, edificios emblemáticos, colecciones artísticas, palacios, catedrales, colecciones de antigüedades, son sólo algunos ejemplos de los elementos materiales que forman el patrimonio de un país.
Pero luego de la Segunda Guerra Mundial, la importancia del patrimonio se elevó a valor universal.
Al desaparecer el colonialismo, surgieron nuevos Estados-nación y se crearon organizaciones internacionales como la ONU, donde comenzaron a tratarse los asuntos colectivos del mundo.
En este nuevo escenario que es el planeta entero, el protagonismo es de la Humanidad en su conjunto. Como consecuencia, el patrimonio y sus tesoros pertenecieron a toda la humanidad.
La nueva perspectiva abarcó todo, ampliando el marco conceptual patrimonial para englobarlo en la cultura.
La importancia del patrimonio cultural está dada por la complejidad que engloba todo el conocimiento, arte, creencias, moral, derecho, costumbres y todo hábito adquirido por el ser humano como integrante de la sociedad.
Como afirman Santana y Prats, patrimonios culturales «son aquellos que juzgamos dignos de conservación por motivos no utilitarios».
El patrimonio cultural se construye a través de la elección de elementos considerados significativos de la cultura.
Para dicha elección, existen instituciones sociales formalmente legitimadas para esta tarea, a través de especialistas, expertos, representantes sociales y políticos.
El cuidado y preservación de los patrimonios culturales, es una actitud social que está fundada en la memoria y la identidad de los pueblos.
El patrimonio cultural fundamenta la pertenencia de los pueblos, y comprende pluralidad de valores del pensamiento humano, concordantes con la tradición de sus costumbres ancestrales y sus formas de vida.
La importancia de los patrimonios culturales está asociada a los derechos de los pueblos de defenderlos y preservarlos.
Y reflejan la relación que existe entre la gente y su historia, sus legados ancestrales, las bellezas naturales, las ciudades históricas, los restos arqueológicos, los museos y los paisajes.
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"La Importancia del Patrimonio Cultural: Legado de la Humanidad". En: De Significados. Disponible en: https://designificados.com/importancia-de-los-patrimonios-culturales/ Consultado: 24 de noviembre de 2024.
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