Se conoce por verbo a la palabra que se utiliza para señalar una acción o conducta. Los verbos nos permiten expresar lo que hace una persona o las reacciones que tiene ante algo. En nuestro idioma contamos con diferentes conjugaciones verbales según el tiempo señalado.
A la hora de conjugar verbos en diferentes tiempos podemos toparnos con algunos que cumplen la regla general y otros que no. Esto quiere decir que la mayoría de los verbos se conjugan de la misma manera, estos son los verbos regulares. Pero también existen otros verbos que no cumplen con la misma regla de conjugación, los verbos irregulares.
Los tiempos verbales se refieren a diferentes momentos temporales, así tenemos verbos en presente, en pasado y en futuro. Sin embargo, cada lenguaje tiene particularidades propias en cuanto a la conjugación de sus verbos. Por esta razón no es de extrañar que surjan confusiones en cuanto a verbos regulares e irregulares.
Los verbos presentan una forma original que se conoce como infinitivo cuando están sin conjugar. Además, los verbos infinitivos no están asociados a ningún sujeto por lo que cuentan con una forma impersonal. Esto implica que los verbos infinitivos, al igual que los participios y gerundios, puedan utilizarse solos, sin sujeto.
Cuando conjugamos verbos lo hacemos tomando un tiempo determinado y los diferentes sujetos. Los tiempos verbales son complejos e incluyen diferentes maneras de referirse al pasado, al presente y al futuro. Algunos tiempos verbales más conocidos son el pretérito perfecto y el imperfecto, el presente simple o el futuro simple.
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Los verbos cuentan con una estructura determinada que incluye raíz y terminaciones. Son estas partes del verbo las que varían a la hora de ser conjugados. En español existen tres tipos de conjugaciones, aquellas que terminan en ar, las que terminan en er y las terminadas en ir.
Diferencia entre verbos regulares y verbos irregulares
Los verbos regulares son aquellos que no modifican su raíz cuando son conjugados. Por ejemplo, la raíz del verbo amar es am y perdura en sus diferentes conjugaciones: amaba, amo, amaré.
Los verbos irregulares, por su parte, modifican la raíz de su estructura al ser conjugados. Un ejemplo de esto sería el verbo caber, cuya raíz sería cab, pero no se mantiene en todas las conjugaciones. Así, el verbo caber en primera persona del presente simple sería yo quepo y en pasado, yo cupe.
Entonces podemos señalar que la diferencia entre estos verbos es si conservan o no su raíz al conjugarse. Los verbos regulares más utilizados son aprender, trabajar, vivir o comer. En cuanto a los verbos irregulares más utilizados se destacan dormir, oír, contar u oler.
Por regla general, los verbos regulares son los más sencillos de conjugar en los diferentes tiempos verbales. Esto se debe a que conservan la forma y solo varía la terminación según el sujeto y el tiempo verbal. En cambio, los verbos irregulares no cumplen una regla fija y varían las conjugaciones.
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"Verbos Regulares e Irregulares: Conoce la Diferencia en su Conjugación". En: De Significados. Disponible en: https://designificados.com/verbos-regulares-e-irregulares/ Consultado: 3 de octubre de 2024.
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