Importancia de la Psicología Evolutiva para Comprender el Desarrollo Humano

La importancia del desarrollo humano para la psicología evolutiva, y el conocimiento sobre su devenir a lo largo de la historia son piezas clave para el estudio de la humanidad.

El ser humano experimenta procesos de cambio tanto a nivel biológico como psicológico, que reflejan su crecimiento y evolución. Su estudio nos permite comprender la conducta a través del ciclo vital, y la construcción de la psique del adulto.

Un rasgo básico que caracteriza a los seres humanos es su inteligencia, que le permite adaptarse al medio y construir representaciones mentales del entorno. Vivir en grandes grupos es posible gracias a la naturaleza social de los animales, y del hombre.

Importancia del desarrollo humano

Todas las personas cambiamos en el transcurso de nuestra vida, por eso existe una disciplina que se ocupa de explicar los cambios que suceden a través del tiempo. Es la psicología evolutiva la que estudia cada etapa del desarrollo.

El estudio del ciclo vital comprende todas las transformaciones que experimenta el ser humano desde el momento de la concepción hasta su muerte. Ese proceso involucra todas las áreas de la vida de una persona: física, cognoscitiva y psicosocial.

En relación a lo físico incluimos el crecimiento del cerebro, del cuerpo, la capacidad sensorial y la motriz. En síntesis, la salud física en general. En tanto el aspecto cognoscitivo refiere a procesos psicológicos como la memoria, el lenguaje, aprendizaje, atención, razonamiento, pensamiento y creatividad. Mientras que el hábito psicosocial hace referencia a las emociones y relaciones sociales.

Factores que influyen en el desarrollo

Si bien las etapas evolutivas están presentes en todos los seres humanos, su curso se ve fuertemente afectado por las singularidades, es decir las diferencias individuales. Tanto el entorno como los factores hereditarios, determinan la evolución de las personas.

Podemos clasificar a estas diferencias en dos categorías:

• ambientales o del contexto
• genéticas o hereditarias

Desde la concepción, el bebé está atravesado por las circunstancias de vida de su madre. Estas situaciones ambientales llegan al feto a través de sensaciones de satisfacción y de desagrado, produciendo gratificación o frustración. Una mujer golpeada, o con sufrimiento económico transmite a su bebé sensaciones de frustración, que son el puntapié inicial para la construcción de su futura psique. El recibimiento de ese recién nacido tendrá connotaciones peculiares, muy diferentes  en otro contexto en el que se hacen preparativos familiares para recibirlo.

De este modo los factores ambientales son muy importantes a la hora de determinar el desarrollo, sumados a los factores hereditarios.

Se reconocen ocho etapas básicas del proceso:

• Etapa prenatal (desde la concepción hasta el parto)
• Niñez (entre el nacimiento y los 3 años)
• Primera infancia (de 3 a 6 años)
• Infancia intermedia (6 a 12 años)
• Adolescencia (12 a 20 años)
• Adultez temprana (de 20 a 40)
• Edad adulta intermedia (entre los 40 y los 60)
• Adultez tardía (desde los 65 años, cuando se acepta y comprende el fin de la vida)

En cada etapa los grupos sociales, la educación, la familia y el resto de las instituciones determinan la construcción de nuestra subjetividad y favorecen o no el desarrollo humano.