Autoexigencia: ¿Virtud o Vicio? Cómo la Autoexigencia Puede Ser un Arma de Doble Filo

Autoexigencia es una palabra formada por el prefijo “auto” (por sí mismo) sobre la palabra exigencia (del latín exigentia), que indica la cualidad de una persona que se reclama a sí misma. Los individuos con autoexigencia suelen ser perfeccionistas y siempre en la búsqueda ansiosa de hacer las cosas bien, para sentirse capaces y satisfechos de sí mismos.

Para las personas que son autoexigentes siempre existe un «puedo lograrlo». Tal vez no sea la manera correcta para vivir pero sin duda este es un  método muy bueno para aquellos que les cuesta hacer alguna función, sin embargo para los autoexigentes siempre todo es posible.

¿En qué consiste la autoexigencia?

Aunque por un lado es un aspecto positivo, si se aplica la autoexigencia en todos los aspectos de la vida, la persona padecerá de ansiedad elevada. De hecho, hay personas que se exigen en determinadas circunstancias: en lo social, en lo afectivo, en lo laboral y en el peor de los casos, en todos los escenarios.

Hay quienes piensan que la autoexigencia no es más que ser esclavo de las obligaciones y excederse de los límites del dominio propio, pues constantemente se están esforzando por conquistar nuevas metas tanto en lo personal como profesional.

El perfil del autoexigente

Este tipo de individuos son capaces de cualquier cosa y de hacer sacrificios por lograr lo que se proponen renunciando a ciertos deseos. El no lograr sus objetivos les disminuye su autoestima, ya que los errores no entran en su forma de ver el mundo.

Son de hecho personas que están siempre en actividad y en una lucha constante contra el tiempo, no disfrutan ni el trabajo ni el ocio, pues suelen tener metas muy ambiciosas.

Los individuos con autoexigencia por lo general son “todo o nada” y tienen un mecanismo particular de percepción en el que cada detalle cuenta, deben tener todo controlado y los defectos y errores no entran en el panorama. Es por ello que desestiman la espontaneidad y reaccionan mal ante los cambios y situaciones imprevistas.

La autoexigencia eleva la disciplina, el orden, la eficiencia, la responsabilidad, la constancia y el ser meticulosos para garantizar el éxito en cada actividad que se desempeñe.

Algunas formas de autoexigencia

Las críticas que pueden empañar algún evento positivo, es decir que la persona pasó un buen momento y encuentra un “pero” que le impide reconocer que lo disfrutó.

Encarar un proyecto y aunque se sienta hambre o sueño, se suprima la satisfacción de las necesidades básicas, por lograr hacerlo tal como se quiere.

Ser muy organizado, casi obsesivo con el orden, tanto en la agenda social como en el hogar, donde la persona con autoexigencia precisa el lugar y la postura de cada objeto, sin tolerar los cambios. Lo mismo ocurre con los planes, les resulta difícil que les cambien sus actividades, bien sea un compromiso extra o uno que le cancelen.

Pueden tener ciertas fobias y manías, igualmente desmoronarse ante la crítica y deprimirse cuando algo no está a su altura o una situación se le va de las manos, por lo tanto el azar no es lo suyo, necesitan sentirse seguros y con al menos varios planes alternos.

Otras formas de definir la autoexigencia

Perfeccionismo, auto satisfacción, auto imponerse el logro de algo, necesidad de control, anteponer las obligaciones y dar el 100% de sí mismos con tal de lograr la excelencia.

Ejemplos de uso de autoexigencia

• Pedro es eutoexigente, no para de trabajar todos los días para mejorar.
• Juan es exigente. Nunca se da por vencido y siempre termina lo que se propone.
• Maria siempre hace todo sola. Se considera autosuficiente y es autoexigente consigo misma.
• Las personas autoexigente siempre utilizan siempre frases como «Yo soy capaz», «Yo siempre puedo», «Sé que lograré lo que deseo».

Sinónimos de autoexigencia

riguroso, recto, rígido, severo, minucioso

Antónimos de autoexigencia

adaptabilidad, conformismo, tolerancia