La televisión es el medio social con mayor poder de sugestión sobre la población. Este poder se sostiene en la confusión del mundo real con el proyectado en la pantalla.
De la televisión se desprende la sensación de que lo que se ve en ella es la realidad. Por ello contribuye notablemente a formar opinión pública, a imponer ideologías y comportamientos.
La televisión logró superar su meta inicial de informar y entretener, para convertirse en el eje de la atención familiar. Cada hogar cuenta con, por lo menos, un receptor de canales.
La televisión en la sociedad actual
Si bien la radio es uno de los medios de comunicación que convive con internet, la llegada de la televisión amplió la oferta para el espectador.
A pesar de la gran variedad de canales, en general los contenidos que se ofrecen son cada vez de más baja calidad. Captar audiencia es un tema prioritario, por lo que quedó atrás la veracidad de la información.
Influidos por intereses empresariales y políticos, atraer espectadores requiere poco esfuerzo a través de:
- espectáculos
- temas superficiales
- noticias morbosas
Formadores de opinión pública
Los televisores instalan falacias, y aportan interpretaciones de la realidad que el público internaliza. Como todo medio de comunicación masiva, son parte del proceso comunicacional de la sociedad.
A partir de lo que miran, escuchan o leen, las personas desarrollan construcciones subjetivas de la realidad. Por tanto, sus creencias y conductas sociales pueden moldearse bajo la influencia de los medios.
Ante las interpretaciones televisivas sobre los hechos y temas sociales, los sujetos tienen pocas fuentes alternativas de información.
El alto poder de sugestión de la televisión está sustentado por tres variables:
- la situación de inferioridad del espectador con respecto a los medios masivos de comunicación
- una clara confusión del mundo real del receptor con el del televisor
- la programación está al servicio de los intereses de las cadenas transmisoras
Los noticieros
Antiguamente, la función de los noticieros era comunicar lo importante y mostrar la realidad objetiva. En la actualidad, en cambio, las noticias son producidas por empresas que defienden intereses comerciales y políticos.
Lejos de despojarse de posiciones subjetivas, los contenidos «estrella» son aquellos que más pueden estremecer al espectador. Estos temas ofrecen seguridad a la hora de conseguir audiencia.
Se trata de técnicas de enganche, que se anuncian con insistencia durante todo el programa. De esta forma, el receptor se ve forzado a observar el resto de los contenidos hasta ver la «noticia» que despertó su morbo.
La televisión y los hábitos de consumo
La mayor parte de los nuevos comportamientos de la sociedad los impone la imagen televisiva:
- Las imágenes reemplazan el análisis complejo y la reflexión
- Y convierten en caducos los temas y personas que no aparecen en pantalla.
- Generan un tipo de aprendizaje pasivo en niños y jóvenes, que abusan del soporte audiovisual e invierten menos tiempo en lectura y dedicación a materias escolares
El poder de las imágenes cortas y dinámicas seducen al espectador y lo incitan a consumir productos innecesarios. Así el televisor favoreció el auge de la sociedad de consumo (nacida en Estados Unidos) a través de la publicidad.
Formato para citar
"La Importancia de la Televisión en la Formación de Opinión Pública". En: De Significados. Disponible en: https://designificados.com/importancia-television/ Consultado: 10 de noviembre de 2024.
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