Las soluciones, que también se las conoce como disoluciones, son mezclas homogéneas que ocurren entre dos o más sustancias y que pierden sus características individuales al unirse entre si. Esto significa que dos sustancias, al unirse, dan como resultado una nueva cuyos componentes no pueden diferenciarse entre sí.
Todas las soluciones tienen dos componentes como mínimo. El que es disuelto, que se denomina soluto, y el que lo disuelve que se lo conoce como solvente. Esta capacidad es fundamental para lograr nuevos materiales y para comprender las bases de la química.
Soluciones de acuerdo a la capacidad de transportar electricidad
No electrolíticas
En este caso, hablamos de soluciones las cuales cuentan con un compuesto que al disolverse en ellas no tiene la capacidad de transportar electricidad en el líquido. Este tipo de disoluciones pueden ser apreciadas desde el microscopio ya que se ven las moléculas desvanecidas o rotas.
Electrolíticas
Este tipo de soluciones están compuestas por una gran cantidad de moléculas iónicas que cuentan con electricidad. No es que se trata de disoluciones que emitan electricidad por si mismas, sino que funcionan como un vinculo que la conduce (siempre y cuando la asociemos con energía y movimiento). Esto ocurre con las soluciones salinas. Son aquellas que no pueden ser manipuladas por si solas sino que necesitan contar con un diluyente.
Las soluciones pueden formarse entre sólidos, líquidos o elementos gaseosos.
De acuerdo al soluto que contengan
Esto significa que se pueden clasificar de acuerdo a la proporción de soluto y solvente que contengan.
Diluidas
Se llaman así a las soluciones en las que la cantidad de soluto es mínima. Esto puede ocurrir cuando diluimos un gramo de sal en 100 centímetros cúbicos de agua o cuando mezclamos una pizca de sal en un litro de agua.
Concentradas
En este caso, al contrario del anterior, la cantidad de soluto es mucho más grande. Puede ocurrir cuando mezclamos, por ejemplo, 25 gramos de sal en 100 centímetros cúbicos de cualquier líquido.
Saturadas
Este tipo de soluciones se dan en los casos en los que los solventes no aceptan más cantidad de soluto cuando la solución se encuentra a una temperatura determinada. Esto se debe a que sus partículas no pueden generar más enlaces de ningún tipo.
Sobresaturadas
Las soluciones sobresaturadas se forman cuando se fuerza al solvente a aceptar más soluto al subir o al bajar la temperatura del solvente de manera brusca. Esta es la única manera de lograr que la solución acepte más soluto del que en realidad le correspondería.
De acuerdo a su osmolaridad
Son soluciones que se estudian específicamente en medicina y en biología. En este caso los solutos son cristaloides o colides y el solvente es una sustancia líquida. La osmolaridad es la unidad en la que se miden las sustancias involucradas.
Hipotónicas
Son el tipo de solución en la que los solutos se encuentran por fuera de la membrana osmótica. Se caracterizan por ser de baja concentración si se comparan con los que están en el interior. Esto, con el tiempo da origen a una diferencia de presión que provoca que la solución acuosa pueda pasar a través de la membrana.
Hipertónicas
En este caso, el soluto con mayor concentración se encuentra fuera de la membrana de la célula.
Isotónicas
Por último, cuando hablamos de soluciones osmóticas isotónicas, nos referimos a aquellas en las que el soluto tiene la misma concentración tanto dentro como fuera de la membrana por lo que la presión osmótica es siempre la misma.
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"Tipos de Soluciones: Guía Completa con Ejemplos". En: De Significados. Disponible en: https://designificados.com/tipos-soluciones/ Consultado: 23 de noviembre de 2024.